Hablar
sobre el otro, lo que le pasa, le conviene, lo que debería hacer o dejar de
hacer y todo aquello que se piensa puede procurar un cambio; es, ha sido y así continuará siendo, un ejercicio practicado
habitualmente con los demás. Se cree, erróneamente, saber más de sus
dificultades, trabas y molestias que el mismo interesado.
Este afán omnipotente
es a menudo tamizado con un elegante interés pródigo en alabanzas, buenas
intenciones y elogios. Otros en cambio no se esconden tras este perfil y atacan
directamente donde mas duele al allegado...